lunes, 7 de noviembre de 2011

Editorial: Nuestra lucha llega con la primavera

Nuestro primer número no ve la luz en cualquier momento, florece en medio de la lucha estudiantil de la Agraria por la gratuidad de la enseñanza y contra la corrupción. No es una lucha cualquiera, reivindica el derecho fundamental del pueblo a educarse sin ser discriminado por su condición económica. Reivindica también la necesidad de implementar de fondo una reforma universitaria ya que la corrupción está altamente enquistada. Ambas reivindicaciones son luchas que los trabajadores reconocen como correctas y por ello se suman masivamente.

No podía ser de otro modo. No bastaba un `pronunciamiento, sino más bien que orgánicamente se movilicen y refloten así la histórica alianza estratégica obrero estudiantil.

La autoridad tenía que reaccionar y ha amenazado con multar a aquellos trabajadores que se movilizaron el jueves 15 con los estudiantes. No podía ser de otro modo: son reacción burocrática. Aun así, los principios pesan más y juntos marchamos como nunca “por las calles de la gran Lima”.

Una vez más los docentes fueron los grandes ausentes ¿Cómo entendemos ello?
Por una parte es importante diferenciar los varios tipos de docentes. Meter en el mismo costal a docentes autoridades de los que no lo son, sería cometer un error de dogmatismo. Las autoridades también presionaron para que sus docentes sigan dictando clases. Aun así, muchos profesores no lo hicieron.

Es también necesario diferenciar a los docentes nombrados de los contratados. Al igual que la mayoría de administrativos y obreros, estos últimos no gozan de estabilidad laboral y están sujetos a su inmediato superior. Esta condición hace que en varias situaciones el docente contratado subordine sus necesidades y hasta principios. Para nosotros es un sector amplio de explotados (ver la carga académica y sueldos de estos en relación al de los nombrados) con quienes debemos ampliar nuestra alianza estratégica.

Es cierto, hay excepciones, pero este es un análisis general. La unidad de principio y de hecho es la herramienta, la declaratoria de emergencia de la universidad pública es la agitación coyuntural camino a la reforma universitaria. Sin embargo, aun ello es insuficiente.

La historia
Tanto la explotación laboral como el avance en el proceso de privatización de la universidad agraria, tienen su fundamento: la Constitución Política del Perú. Al respecto debemos recordar que ésta ampara el cobro en la educación y el desenvolvimiento de precarias condiciones laborales. Recordemos también cómo se constituye esta Constitución.

Primero es el autogolpe de 1992 ejecutado por Fujimori y Montesinos pero planificado por grupos internacionales de poder. Todo ello para disolver un Congreso de la República de oposición, legítimamente constituido e implantar nuevas elecciones, fraude, y con ello una nueva Constitución que pueda dar rienda suelta a los intereses foráneos.

La gran tarea
Nuestra sociedad se desenvuelve sobre toda esta ilegalidad impuesta con tanques y militares, desapariciones y asesinatos, pérdida de derechos y persecución a dirigentes. Entonces ¿No es acaso legítimo pedir una nueva Asamblea Constituyente?

Esa es la gran tarea. El 2010 los jóvenes se organizaron y realizaron un histórico “I Encuentro de Jóvenes por la Constituyente” ¿Quién mejor que los jóvenes para liderar esta nueva etapa en la historia por la democratización de la sociedad peruana?

El camino está abierto, es la senda que la juventud desbroza e ilumina para que el resto nos sumemos tras su hálito de esperanza. Nos esperan grandes días. Nos esperan grandes desdichas y sacrificios, pero nuestra lucha ha llegado con la primavera: ya nada ni nadie podrá cambiar ello.

0 comentarios:

Publicar un comentario