domingo, 2 de noviembre de 2014

DERECHOS CERCENADOS. El derecho de ser madre estudiante, testimonio 01




Es innegable que después de tener un hijo las posibilidades de fracaso estudiantil y laboral se multiplican y más aún si eres mujer, si los derechos laborales para madres son arrancados por las empresas no nos debe sorprender que el modelo universidad-empresa apueste por lo mismo dentro de la universidad.
Las universidades públicas más prestigiosas de nuestra ciudad han cerrado sus cunas con el pretexto del “desuso” y la promesa de dar “un fin académico” a ese espacio, sin embargo, el concepto de educación universitaria ampara legítimamente el bienestar universitario el cual apoya a los estudiantes con hijos, justamente para evitar que éstos dejen una carrera que ya ha sido avanzada y puedan terminarla de la mano de sus bebés.

Mientras sigamos viendo a los hijos como una traba y no como un cambio en el rumbo, las personas que los tengan -que pueden ser muy queridos y cercanos a nosotros, sino, nosotros mismos- no tendrán el apoyo en la sociedad que debe tener una persona que decide traer un bebé al mundo, mientras pensemos que la persona que tiene un hijo está en un error y no que el sistema es el que está errado siempre estaremos avergonzándonos de nuestra propia naturaleza.

Cerrando el panorama a solamente nuestra universidad, con mucho orgullo podemos decir que tenemos una cuna, que celebra aniversarios, que participa del corso y que posee un espacio en la universidad con una extensión adecuada para poder albergar a los hijos de estudiantes, trabajadores y profesores, el problema consiste en que éstos niños no son pocos y la solicitud para una vacante en la cuna puede hacerse esperar más de un año.

Supongamos que comprendemos irregularidades como el que solo hayan 19 vacantes en total repartidas solo en dos aulas para niños entres 6 meses y 3 años, que el presupuesto de la cuna sea cada año más reducido y que las instalaciones para el cuidado de bebés sean pequeñas y descuidadas a decir de las mismas trabajadoras de la cuna, pero hay una cosa realmente inexplicable en el proceso de admisión a la cuna y es que para poder atravesar éste proceso, en el caso de los estudiantes, hay que estar inscrito como alumno regular.

El día que me enteré de éste requisito haciendo mi trámite personal para la admisión de mi hija pensé que era imposible semejante contradicción. Siendo el objetivo matricularme en la universidad para continuar con mis estudios ¿Cómo puede ser un requisito para acceder a la cuna el que yo tenga que estar matriculada? ¿Cómo el objetivo y el requisito pueden ser los mismos? Es decir ¿Qué pasaría si una madre estudiante se matricula pero no llega a alcanzar vacante en la cuna y, peor aún, no tiene en casa quién ayude a cuidar a su niño?

Luego de múltiples favores familiares he logrado matricularme en la universidad a la espera de una vacante en la cuna, pero es innegable que hay muchas mujeres, madres, estudiantes como yo que no han podido hacer lo mismo y han tenido que quedarse en su casa cuidando a sus hijas en lugar de acceder a una vacante en la cuna y continuar con sus estudios. Para mí no hay duda de que ese requisito no es una casualidad y simplemente es parte de una maraña de inconsistencias que permiten que los estudiantes tengamos menos derechos y más trabas para continuar estudiando.

No es aceptable que al hacer el trámite, los trabajadores de OBUAE de nuestra universidad nos nieguen el acceso a la cuna valiéndose de “en el reglamento dice que para acceder a la cuna tienes que estar matriculado” y cuando se les pregunta en dónde se encuentra ese reglamento no tienen como responderte, no hay duda que todos los vacíos son aprovechados por la perversa intención de que los estudiantes nos hartemos y busquemos soluciones individuales en lugar de luchar por una solución común.

Claudia Haro, madre estudiante de la UNALM.

También lea nuestra opinión sobre este tema en: http://agrariaoye.blogspot.com/2014/10/derechos-cercenadosel-derecho-de-ser.html

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